- Rotativos de diferentes partes del mundo dieron espacio en sus portadas al espinoso asunto.
El llamado plan “B” electoral impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha llamado la atención de propios y extraños, dentro y fuera de México, ya que hoy constituye una noticia de impacto global, al advertir distintos analistas de los riesgos que ésta implica para la democracia.
Uno de los temas más espinosos de la reforma propuesta por López Obrador y que ha levantado inconformidades en el país, así como preocupación en el extranjero, es la posibilidad de que el Instituto Nacional Electoral (INE), sea despojado de su autonomía y sea absorbido y controlado por el régimen morenista.

Esta condición es particularmente grave y ha generado también como respuesta la movilización de opositores, empresarios y ciudadanos que no están de acuerdo con la sumisión del INE al gobierno, ya que ello representaría un retroceso a los logros democráticos de la propia sociedad.
Es importante recordar, que en la era donde el PRI era todopoderoso y gobernaba el país, no existían instituciones autónomas, sino que todas y cada una de ellas se encontraban subordinadas al gobierno y en el rubro electoral no era la excepción, ya que los ciudadanos no jugaban papel alguno en los procesos de renovación de espacios de representación popular.
La autonomía del INE está en riesgo, pero también su capacidad para realizar las funciones que directamente le competen, ya que la reforma de AMLO incluye recortes de personal al interior del instituto electoral.
El plan “B”, contempla la eliminación de puestos fundamentales para las labores que lleva a cabo el INE, como el servicio profesional electoral que quedaría mutilado hasta en 84 por ciento.
Se pretende igualmente, que el órgano interno de control del INE, sea “tripulado” desde el gobierno a través del nombramiento de un encargado que vendría desde el oficialismo a determinar lo que al instituto le corresponde por derecho en cuestiones operativas.
Además, estará presente la intromisión de la Secretaría de Relaciones Exteriores para temas relacionados con el voto en el extranjero, por lo que el INE quedaría atado de manos como resultado de una reforma que emana de una postura unilateral, donde ni siquiera fue tomado en cuenta que era importante sacarla por consenso.

Por si fuera poco, la reforma entraña un peligro muy grande para el portador de la credencial para votar con fotografía, porque el afán de austeridad que el gobierno actual busca, en que los módulos de atención se ubiquen en edificios públicos, donde no existe seguridad pública, mucho menos dará seguridad cibernética.
Para concluir, desde luego este asunto no está terminado, ya que a final de cuentas aunque cuente con el aval de la mayoría en el Senado de la República, al pasar a manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), será justo ahí donde se diga la última palabra y se decida el destino de la democracia mexicana.